Sí, yo que siempre me he resistido a mezclarme entre las multitudes, agarré camino y me fui a seguir a las Marionetas de Nantes aquí en Guadalajara. Y no me arrepiento, aunque fue agotador valió la pena.
Aquí está la niña gigante, quien venía en un autobús del estado de Morelos y aquí en Av. Hidalgo y Av. Alcalde sufrió un accidente. Chocaron con un vehículo, quedando ella tirada en la calle. Apegándose así a la realidad de esta ciudad, donde diario se viven accidentes de este tipo.
Aquí quedó la maleta de la niña.
Tremenda maleta para tan tremenda niñota, ¿verdad?
Horas después, llegó el perro Xolo para despertarla.
Xolo llegó a nuestra ciudad, dos días antes, pero en una ¡barra de hielo!
Este "perrito" se ganó la simpatía de toda la gente, después de todo somos un pueblo "perrero" y entre algunos maltratadores de animales, pululamos quienes los amamos.
De este punto nos fuimos -yo, mi hija y sus amigos- hacia el Santuario, templo ubicado sobre Av. Alcalde ya que en esta área estaba programado que vestirían a la niña con ropa típica mexicana.
La niña llegó y le dieron un refrescante baño.
La vistieron con un bonito vestido bordado,
y la llevaron junto con Xolo hacia donde estaba su tío, aún dentro de un sarcofágo de donde saldría al día siguiente, el sábado en la mañana.
En el transcurso del recorrido se detuvieron a interactuar con la gente, quien cada minuto que transcurría los adoraba más.
El sábado en la mañana nos fuimos a ver a la niña y a Xolo cuando aún dormían. Tarea por demás difícil pues éramos una gran multitud.
Aquí está la niña, aún dormida en su enorme cama. Poco después Xolo se dio a la tarea de despertarla y lo logró.
La niña despertó y se preparó para tomar otro refrescante baño. Espero que este ejemplo sea seguido por todos los niños y adultos que presenciaron esta actividad y pase a ser un hábito en sus vidas, así será más agradable el trajinar por esta ciudad, ya sea por sus calles o en los vehículos de transporte público.
Xolo y la niña tomaron un camino y nosotros nos fuimos por otro para ver al gran tío campesino que estaba por despertar.
Este es el sarcófago de donde saldría.
Tremendo e impresionante tío, 9 metros y medio de altura y algo en su expresión que logró enternecerme y producir un nudo en mi garganta.
Lo seguimos por Alcalde y en el área del Santuario le dieron de beber con una ¡manguera de bomberos!
Pero para poder llegar aquí, tuvo que pasar un puente bajo el cual era imposible que lo hiciera por su altura...y lo pasó volando, ¿qué tal?
Ya aquí lo vemos frente a Catedral, apenas pasando el punto donde se accidentó la niña.
Aquí lo prepararon para sentarlo y escuchar un disco para que tomara una tranquila siesta.
Y así dormidito lo dejamos para irnos directo a la FIL (Feria Internacional del Libro) ya que ese día 27 de noviembre se inauguró.
Nuestro recorrido con las marionetas gigantes, terminó en este punto. El domingo ya no asistimos, ya era mucho el cansancio y el lunes debíamos trabajar.
